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LA APICULTURA

La abeja como animal social viene acompañando al hombre sobre la tierra desde hace millones de años, contribuyendo con la polinización para la reproducción de infinidad de especies del reino vegetal y proveyéndole una importante fuente de alimentación.

Sin embargo, solo hace unos 6000 años el hombre dejó de ejercer una actividad de recolección para introducir las colonias de abejas en diversos tipos de colmenas y racionalizar la producción.

Las experiencias de miles de generaciones de apicultores no solo profundizaron el conocimiento sobre el manejo del apiario, sino que inspiraron organizaciones sociales ideales, que como una colonia de abejas, buscan el bien común sin conflicto de intereses. Organizaciones donde el esfuerzo individual de todos sus integrantes y una precisa división de roles produce extraordinarios tesoros como la miel, la cera, el propóleo, el polen, la jalea real y la apitoxina.
La apicultura moderna es una actividad productiva que contribuye con la protección del medio ambiente, requiere una moderada inversión, posee una alta tasa de retorno y permite el trabajo familiar.
Por estos nobles atributos, la Fundación Parodi cree que la apicultura es la herramienta apropiada para el desarrollo del ser humano en el ámbito rural.

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